El partido tenía un ritmo somnoliento, no llamaba la atención ni el peinado de Vidal (el más conservador en meses), hasta que al minuto 20 “Tecatito” Corona centró al segundo palo, Juan Carlos Medina recentró para que Vuoso rematara a la red.

Mientras en el D.F. cantaban el gol, Vidal empató el partido con un cabezazo completamente solo en el punto de penal. El letargo del principio era un espejismo.

Ninguno de los dos equipos tenía claro que hacer con el balón. Chile se insinuaba, aunque sin tino en el último cuarto de la cancha. Ni en el último ni en el primero. Los mexicanos aprovecharon la debilidad de la defensa local cuando Gerardo Flores cabeceó un nuevo centro de Corona, fenomenal mientras le duró la gasolina. Bravo apenas pudo manotear el balón y entre el horizontal y la línea terminaron de enviarlo al saque de esquina que culminó Raúl Jiménez con un bello testarazo al ángulo.

Entonces Alexis Sánchez se convenció de jugar al fútbol. De ahí hasta el final, el delantero del Arsenal fue un vendaval de regates, vueltas, corridas, pases y peligro para los mexicanos, que tampoco estaban muy finos en defensa. Poco antes del final del primer tiempo, los zagueros de México se alejaron del punto de penal como si fuera un hoyo negro y Eduardo Vargas, muy discreto en todo el juego, cabeceó solo para poner el 2 a 2.

Si la primera parte fue un vendaval, la segunda recordó al huracán Mitch. Porque Valdivia, Vidal e Isla se contagiaron de la rabia de Alexis. Los chilenos arrinconaron a los del norte del continente, y al 55’ Flores no tuvo más remedio que derribar a Vidal en el área. El de la Juve no perdonó: con tres goles (dos de penal), es el goleador de lo que va de la copa.

Pero pese a las corridas de sus compañeros y el aliento de la gente, la defensa roja seguía dormida. Al 65’ Aldrete robó en mitad de la cancha y lanzó un pase de crack a la espalda de los centrales para la corrida de Vuoso. Segundo gol del argentino naturalizado mexicano, que demostró que no le queda grande el papel de villano en una película de superhéroes: se metió él solo en una pelea entre Medel y Vidal, o lo que es lo mismo, entre la Mole y Hulk.

Chile insistió hasta el final. Tuvo la más clara con un remate de Valdivia que se fue desviado de manera inverosímil. Y al 80’, el línea levantó la bandera cuando Alexis cerraba un centro de Isla en una posición que pareciera legal.

La “Roja” se jugará el liderato del grupo contra la sorprendente Bolivia, mientras que México se enfrentará a un necesitado Ecuador.