“Depende los porteros que voy a tener el próximo año, nada más. De momento hay tres buenos porteros y vamos a acabar la temporada con ellos y ya veremos el próximo año. Pero te lo digo ya: no os voy a dejar la posibilidad (de hablar de debate), bueno, pueden hablar de lo que quieran. Va a ser bien claro el próximo año (el rol de los porteros)”, dijo el técnico en rueda de prensa celebrada este martes previo al último entrenamiento del equipo de cara a la visita a Mestalla para enfrentar a Valencia.
La llegada de Thibaut Courtois el verano pasado desató un nuevo ‘debate’ y buenas dosis de tensión en torno a la portería merengue que no hizo más que empeorar conforme se fue torciendo la temporada. El belga no ha sido todo lo regular que se esperaba de un portero de elite, y las buenas actuaciones de Keylor Navas han dejado en evidencia que la inversión de 35 millones de euros en ‘reforzar’ la portería fue, en realidad, un gasto innecesario. La situación es incómoda. En el palco de honor, señalado por la mala gestión, y en el vestidor, aunque ambos jugadores insisten en que tienen una “buena relación profesional”. Lo último que quiere Zinedine Zidane es pasar un año más en una situación heredada y que no beneficia al equipo.
Apenas llegar, Zidane devolvió los galones a Keylor Navas, titular frente al Celta (2-0) en el partido que marcó su regreso al banquillo. El técnico redujo la tensión al afirmar, tras el encuentro, que sus “tres porteros tendrán oportunidades hasta el final de la campaña”; promesa que ya empezó a cumplir una jornada después al dar la titularidad ante Huesca (3-2) a su hijo, el tercer portero, Luca Zidane, ante la ausencia por un problema muscular de Thibaut Courtois, quien tampoco podrá viajar a Valencia para hacer frente a la jornada a media semana al no haberse recuperado a tiempo.
A falta de parte médico que confirme la gravedad de la lesión, el belga se mantiene en duda para enfrentarse al Eibar el próximo fin de semana e intentar así ganar terreno frente al técnico.
Y es que a su vuelta le quedarán solo ocho partidos posibles para intentar convencer a su entrenador, pues a partir del próximo verano uno de los dos tendrá que aceptar el rol de suplente permanente o encaminarse a la puerta de salida. Y con él, varios jugadores del plantel.